sábado, 5 de junio de 2010

El saco de plumas

Había una vez un hombre que calumnió gravemente a un amigo suyo, todo por la envidia que tuvo al ver el éxito que éste que éste había alcanzado en su vida. Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus mentiras a ese amigo, y para tratar de encontrar una solución visitó a una mujer muy sabia a quien le dijo:
- Quiero arreglar todo el mal que hice a ese amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?

A lo que la mujer respondió:
- Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta de una en una por donde vayas.

El hombre, muy contento por lo fácil que resultó el consejo, tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día ya las había soltado todas. Volvió donde estaba su consejera y le dijo:
- Ya he terminado.

A lo que ella contestó:
- Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste... Sal a la calle y búscalas.

El hombre se sintió entonces muy triste, pues sabía lo que eso significaba, no podría juntar casi ninguna. Al volver, la mujer sabia le dijo:
- Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

wow...que bueno
felicidades

Ariel dijo...

Realmente cuando uno habla de otros, siempre hay que pensar en esta reflexion, porque luego al arrepentirnos podemos juntar algunas plumas pero simpre quedan dando vuelta otras....excelente reflexion

Anónimo dijo...

es muy buena