martes, 27 de agosto de 2013

Cuando olvidamos a Jesús

Una vez leí que en ocasiones olvidamos a Jesús, por las cosas de Jesús. Nos dedicamos a la Iglesia, a dar clases de Catecismo, pregonamos el Evangelio,  participamos en las festividades religiosas, pero no llevamos a Jesús con nosotros. No damos ejemplo, porque hemos dejado a Jesús en el camino, o caminando junto a Él no le reconocemos. Es un riesgo que corremos y caemos con mucha facilidad, casi sin darnos cuenta. Descuidamos la oración y lo fundamental de nuestra fe, que es vivirla.
Justo ayer en un almacén me encontré con un compañero del colegio:
-Muy bonito lo que escribes -me dijo-, imagino que vas a la Misa diaria.   
La respuesta fue:
-Solía ir a diario y algo ocurrió en el camino. 
Un amigo sacerdote me escribió una vez: “Debemos recobrar la ilusión primera”. Me he propuesto volver a tenerlo presente en mi vida, con mayor intensidad. Vivir en Su presencia cotidiana.Volver a las buenas prácticas, la misa diaria, la oración, la confesión frecuente, recordar que Jesús vive en los demás. De nada me sirven estas palabras, si no las vivo. Es común escuchar comentarios como éste: “Va a Misa y mira cómo se comporta de mal”.  Es en esos momentos cuando olvidamos a Jesús, por las cosas de Jesús.  
Nos toca volver al principio y:
  1. Amar a Dios con todo el corazón
  2. Vivir en su presencia amorosa
  3. Retomar la oración
  4. Amar al prójimo de verdad
¿Cómo recuperar a Jesús en nuestras vidas? Ya lo sabes y es muy sencillo: amando, perdonando, orando, teniendo caridad con los demás…  viviendo el Evangelio. 
No te desanimes…  Tú puedes.
Hagamos lo nuestro, lo que está a nuestro alcance.
Dios hará lo demás.
Claudio de Castro

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