jueves, 3 de julio de 2014

Actuando: un papel fundamental

Desde pequeño le habían fascinado las obras de teatro y las películas, en las que él veía cómo alguien encarnaba un personaje metiéndose plenamente en el papel y la personalidad del otro: los gestos del actor eran los de su personaje; su cara, su boca, sus manos, sus palabras. Dejaba de ser él para convertirse en su personaje. Por eso cuando en la escuela organizaron aquella obra de teatro se propuso conseguir tomar parte en ella.

Pero su madre, testigo del interés del niño y sabiendo que había puesto todo su corazón en ser elegido, temía que su hijo no consiguiera un papel, pues ella sabía que anhelaba tener importancia para el desarrollo de la obra.

El día en que repartieron los papeles, ella aguardaba al niño a la salida de la escuela. Su hijo salió corriendo, con los ojos brillantes de orgullo y emoción:
- ¡Mamá, mamá! -gritó feliz, para a continuación decir unas palabras que permanecen como una lección-: he sido animado para aplaudir y animar.

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