jueves, 29 de marzo de 2012

Para estos días santos

Para estos días santos, Dios siempre nos pone en camino. Al menos es mi experiencia. Nos ve tan acomodados en nuestras vidas que nos da un empujoncito para que empecemos a  transitar nuevamente sus caminos.
Cada año, mi familia y yo tratamos de vivir con más cercanía de Dios. Aprendiendo a confiar en la Providencia.
Es lo que llamo “La Economía de la Contradicción”. Algo que parece imposible, Dios lo hace posible. La Providencia nunca falta. Dios no nos abandona. Esto lo he comprobado a lo largo de los años.
También es un tiempo propicio para escuchar al Papa. Un amigo sacerdote me envió un tesoro: frases extraídas de los mensajes que Benedicto XVI ha dirigido a los cristianos con motivo de la Cuaresma. Compartiré contigo las cuatro que más me impactaron. 

1. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que “ve en lo secreto y te recompensará. (2009)

Un viernes de Cuaresma comí carne. La verdad es que olvidé el día. Y un trabajador en la empresa en que trabajaba me dijo:
-No se preocupe. Lo que daña al hombre no es lo que entra en él, sino lo que sale de él.

En la Cuaresma recuerdo mucho la frase que repetía san Alberto Hurtado cuando veía a un pobre: “El pobre es Cristo”.  Y corría a socorrerlos viendo a Jesús en ellos. Por esto cada vez que veo a una persona necesitada me digo para mis adentros: “El pobre es Cristo”.

2. No somos propietarios de los bienes que poseemos, sino administradores: por tanto, no debemos considerarlos una propiedad exclusiva, sino medios a través de los cuales el Señor nos llama, a cada uno de nosotros, a ser un instrumento de su providencia hacia el prójimo. (2008)
Se acerca la semana Santa y me pregunto qué quiere Dios de mí, de ti, de nosotros. El Papa nos ayuda a descubrirlo:
3. La respuesta que el Señor desea ardientemente de nosotros es ante todo que aceptemos su amor y nos dejemos atraer por él. (2007)

Pienso mucho en esto: Dios anhela que lo amemos.  Por esto suelo repetir esta jaculatoria: “Señor, que te ame cada vez más”.

Llegan los días santos y nos preparamos con una oración más intensa, para contemplar a Jesús crucificado. Una buena confesión siempre ayuda.

4. Miremos a Cristo traspasado en la cruz. Él es la revelación más impresionante del amor de Dios (...). En la cruz Dios mismo mendiga el amor de su criatura: tiene sed del amor de cada uno de nosotros. (2007)
A mi esposa Vida, a mis 4 hijos y a mí nos encanta pasar juntos lo más que podamos, ir al Triduo Pascual, ver las procesiones, visitar a Jesús en las Iglesias, ir al lavatorio de los pies. No hay nada más enriquecedor que pasarlo en familia, aprendiendo, conociendo más a Dios. Experimentado su presencia amorosa en medio de nosotros. Y su ternura, que nunca falta.

Claudio de Castro

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