domingo, 21 de octubre de 2012

Nunca cortes un árbol en invierno

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos y me dijo:
-Estaba seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno... Hacía tanto frío que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco.

Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:
-Nunca olvides esta importante lección: Jamás cortes un árbol en invierno.

Aquel día comprendí que nunca debía tomar una decisión importante en tiempo adverso. Que debía esperar, ser paciente. Que la tormenta pasará y la primavera volverá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias. Como anillo al dedo.