Una rana se preguntaba cómo podía alejarse del frío clima invernal que imperaba en la región en la cual habitaba. Unos gansos le sugirieron que emigrara con ellos, pero pronto nse dieron cuenta de que la rana no sabía volar.
- ¡No pasa nada! -replicó la rana- Soy muy inteligente, seguro que se me ocurrirá una solución.
Tras pensar largo rato, pidió a dos gansos que le ayudasen a recoger una caña fuerte que cada uno sostendría por un extremo. La rana se agarró a la caña por la boca y así comenzaron la travesía a su debido tiempo. Poco después de partir, pasaron por un pueblecito. Los habitantes de allí salieron para ver el inusitado espectáculo, y alguien exclamó:
- ¡Qué estupenda idea la de viajar así la rana! ¿Quién ideó tan ingenioso método?
La rana, enchida de orgullo, no pudo evitar contestar:
- ¡Se me ocurrió a mí!
Pero, ¡ay!, al abrir la boca, se soltó de la caña, cayendo al vacío...
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