Un obrero, cansado de sus años de trabajo, decidió retirarse para dedicar más tiempo a estar con su familia, y así se lo comunicó a su jefe. Éste recibió la noticia apenado, pues se trataba de un empleado muy eficiente, dedicado a su trabajo. Sin embargo, antes de que cesase por completo en el ejercicio de su empleo, el jefe le pidió que realizase una última construcción como favor personal.
El obrero, un tanto molesto por el retraso de su retiro, comenzó la obra de una magnífica casa, tal y como deseaba su jefe. Sin embargo, no dedicó el mismo interés, pensaba ya en el descanso y trabajaba sin el tesón y el empeño que antes le caracterizaban. Realizó la edificación de mala gana, sin motivación y deseando terminar cuanto antes para disfrutar de su merecido retiro, empleando incluso materiales de menor calidad.
Cuando por fin terminó la obra, el jefe acudió para inspeccionar la casa, y, tras revisar cada estancia, regresó junto al obrero y le entregó las llaves:
-Esta casa es mi regalo para usted en agradecimiento por tantos años de servicio.
El obrero, un tanto molesto por el retraso de su retiro, comenzó la obra de una magnífica casa, tal y como deseaba su jefe. Sin embargo, no dedicó el mismo interés, pensaba ya en el descanso y trabajaba sin el tesón y el empeño que antes le caracterizaban. Realizó la edificación de mala gana, sin motivación y deseando terminar cuanto antes para disfrutar de su merecido retiro, empleando incluso materiales de menor calidad.
Cuando por fin terminó la obra, el jefe acudió para inspeccionar la casa, y, tras revisar cada estancia, regresó junto al obrero y le entregó las llaves:
-Esta casa es mi regalo para usted en agradecimiento por tantos años de servicio.
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